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Los resultados de la aplicación de métodos de datación científica en hallazgos arqueológicos de las Islas Canarias parecen indicar que el poblamiento insular se habría originado de forma paralela al proceso de exploración y dinamización económica de la zona llevada a cabo por los navegantes mediterráneos durante la Antigüedad. Esos datos cobran fuerza tras la identificación de vajillas romanas y fragmentos de ánforas de la antigüedad en la Isla de Lobos (Fuerteventura) y El Bebedero, Buenavista e Isla de la Graciosa (Lanzarote), lo cual, unido a otros hallazgos del archipiélago, permite plantear un estadio de contactos y acaso intentos de colonización de Canarias por agentes del denominado “Círculo del Estrecho”. En ese sentido se realiza un balance documental, destinado a desvelar relaciones económicas y dinámica poblacional del archipiélago relacionado con el mundo mediterráneo. La evidencia canaria cierra y reformula un espacio económico y socio-cultural cuya trascendencia, con mayor o menor grado, debe situarse entre el sur de la Península Ibérica, costa atlántica africana e Islas Canarias. Su auténtica dimensión estratégica permite ampliar la definición historiográfica “Círculo del Estrecho”, como [Círculo de] Las Hespérides, término acuñado por los protagonistas de la hazaña colonizadora.
La expedición normanda al mando de Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle, costeada por la Corona de Castilla llegó a La Graciosa, y desembarcó en el sur de Lanzarote el día 1 de julio de 1402 con el propósito de iniciar la conquista del Archipiélago canario. El día 7 de julio de 1404, Benedicto XIII creó el obispado Canariense-Rubicense1 , elevó a catedral el oratorio del castillo del mismo nombre y concedió al asentamiento normando en el sur de Lanzarote el título de ciudad. San Marcial de Rubicón es actualmente una zona arqueológica en el que se han llevado a cabo tres intervenciones arqueológicas por diferentes especialistas,2 conformada por un área habitacional en cavidades naturales adaptadas, un sector fabril, una necrópolis, un castillo o torre, cuatro pozos y una iglesia-catedral de la que el franciscano fray Alfonso de Sanlúcar de Barrameda fue su primer obispo.
Durante el siglo XVII la isla de Alegranza se mantenía desierta y cada año, por lo general, se realizaban incursiones para capturar diferentes especies que suponían un recurso económico. Nos interesa profundizar acerca de estos bienes que suponían el interés que había en esta isla. A lo largo del siglo se mantiene el económico pues se desarrolla la continuidad de su explotación. Los datos se van ampliando y se constata la captura de diferentes aves. A la más codiciada, las pardelas, se les unían otras como el halcón Eleonor o el petrel de Bulwer. Las capturas se salaban y parte de las pardelas jóvenes eran convertidas en aceite. Estos bienes pasaban a ser consumidos por la población en general, posiblemente, la carne y aceite más accesible. Asimismo interesaba la pesca de su costa o el mantenimiento de la cría de ganado caprino en su interior. Todo ello se comercializaba en la isla o región. No así los pájaros canarios. Se mantiene el interés por los pájaros canarios que eran atractivos para el comercio más lejano. Los mercaderes extranjeros se apropiaban de esta especie en diferentes lugares de las islas. En Alegranza encontraban un hábitat adecuado y hasta allí se dirigían los cazadores para realizar las capturas de una caza selectiva. Precisaban que fueran machos, pues las jaulas serían cajitas de música. Pero era un reto el mantenerlos con vida pues el alpiste escaseaba y era muy caro. Asimismo se constata la nula participación de la orchilla en el arrendamiento de la isla.
Selección de imágenes de La Graciosa de la colección de películas de Carrozza-Wagner. Nacida en Sao Paulo, Elza Carrozza es doctora en Filología y trabajó como documentalista para varias televisiones alemanas junto a su marido, Nick Wagner. En 1969 conoció la isla de Lanzarote y La Graciosa, comenzó a frecuentarla habitualmente y, desde hace más de una década, es residente permanente. Posee una importante colección fotográfica sobre la isla que ha publicado en diversos formatos.
Imágenes cedidas por sus propietarios a Memoria de Lanzarote. Digitalizado por Filmoteca Canaria.
Retrato de estudio de Henedina Gutiérrez Toledo e Inocencia Toledo, natural de La Graciosa.
Los hermanos José y Carmen Umpiérrez Viña posando en un retrato de estudio, a la edad de 18 y 20 años, respectivamente. José Umpiérrez Viña fue un destacado personaje de Mácher que trabajó como maestro albañil en las primeras obras turísticas de Puerto del Carmen y en La Graciosa, y además fue poeta, publicando varios libros a lo largo de su vida.
Fragmento perteneciente al NODO del 10 de febrero de 1947 sobre la visita a Lanzarote y La Graciosa del Subsecretario de la Presidencia del Gobierno, Luis Carrero Blanco.
NODO 214B. Desde el minuto 07:09 hasta el 07:44.
Para ver el programa de mano original del NODO se debe descargar el documento.
Grupo de jóvenes de La Graciosa retratadas en la Caleta de Famara.
Jóvenes de La Graciosa fregando la loza en la marea en Caleta del Sebo.
Mujeres de La Graciosa bogando (remando) en la orilla de la isla de Alegranza.
Matrimonio de La Graciosa retratado en la Sociedad de Caleta del Sebo. Obsérvese cómo la señora está elaborando una empleita de palmito.
El holandés Jan Blaauboer (1903-1982) fue un cineasta amateur que realizó varias películas etnográficas para el Instituto del Trópico de Ámsterdam. Aproximadamente entre los años 1952 y 1954 visitó las Islas Canarias con una cámara Kodak de 16mm. Estas son algunas de las filmaciones del viaje a Lanzarote y La Graciosa.
Imágenes pertenecientes a la colección de películas del Fondo Blaauboer - Rodríguez Castillo del Archivo Insular del Cabildo de La Palma digitalizadas por Filmoteca Canaria.
Fotografía de Jorge Toledo González de La Graciosa. El autor de la imagen, Javier Reyes Acuña (Haría, 1926) trabajó como fotógrafo profesional de 1943 a 1972, con un modesto estudio en Haría, y además de cubrir los pueblos del norte de Lanzarote, también acudía a La Graciosa.
Fotografía de una señora de la isla de la Graciosa. Una parte muy importante de la obra del fotógrafo Javier Reyes Acuña consiste en retratos, que bien realizaba en su modesto estudio de Haría o en bien en los pueblos del norte de Lanzarote.
Fotografía de una joven de la Graciosa en el pueblo de Haría. En la colección del fotógrafo Javier Reyes Acuña destacan sus retratos, que bien realizaba en su modesto estudio de Haría o en bien en los pueblos del norte de Lanzarote.
Fotografía de una joven de la Graciosa en el pueblo de Haría. En la colección del fotógrafo Javier Reyes Acuña destacan sus retratos, que bien realizaba en su modesto estudio de Haría o en bien en los pueblos del norte de Lanzarote.
Postal del Risco de Famara (Lanzarote) visto desde la isla de La Graciosa. Al tramo de mar que separa ambas islas se le denomina El Río.
Vista general de la isla de La Graciosa vista desde Lanzarote. El grupo de casas que se divisa corresponde a la localidad de Caleta del Sebo.
Vista general de las Salinas del Río en Lanzarote. Al fondo aparece la isla de La Graciosa.
Urbanización conocida también popularmente como Los Noruegos y situada en Famara (Teguise). Al fondo puede verse algunas de las islas e islotes del Archipiélago Chinijo, con La Graciosa en primer término.
Postal de una escena de los habitantes de la isla de La Graciosa en el antiguo muelle.
Vista general de la isla de La Graciosa desde el risco de Famara. En la parte inferior de la imagen se pueden apreciar las Salinas del Río.
Pescador mariscando en la isla de La Graciosa.
Fotografía de una joven de La Graciosa en el pueblo de Haría. Una parte muy importante de la obra del fotógrafo Javier Reyes Acuña consiste en retratos, que bien realizaba en su modesto estudio de Haría o en bien en los pueblos del norte de Lanzarote.
Fotografía de una joven de La Graciosa en el pueblo de Haría. Una parte muy importante de la obra del fotógrafo Javier Reyes Acuña consiste en retratos, que bien realizaba en su modesto estudio de Haría o en bien en los pueblos del norte de Lanzarote.
Imagen de una joven de La Graciosa en el patio de una casa del pueblo de Haría. El autor Javier Reyes (Haría, 1926) trabajó a tiempo parcial como fotógrafo profesional de 1943 a 1972 en un modesto estudio ubicado en su casa familiar en Haría.
Imagen de una joven de La Graciosa en el patio de una casa del pueblo de Haría. El autor Javier Reyes (Haría, 1926) trabajó a tiempo parcial como fotógrafo profesional de 1943 a 1972 en un modesto estudio ubicado en su casa familiar en Haría.
Fotografía de dos jóvenes de La Graciosa en el pueblo de Haría. El autor Javier Reyes (Haría, 1926) trabajó a tiempo parcial como fotógrafo profesional de 1943 a 1972 en un modesto estudio ubicado en su casa familiar en Haría.
Grupo de jóvenes de La Graciosa en Caleta del Sebo.
Imagen de unas muchachas de La Graciosa en Caleta del Sebo.
Imagen de un señor de La Graciosa en Caleta del Sebo.
Imagen tomada a los niños de la escuela unitaria de La Graciosa.
Imagen de los niños de la escuela unitaria de La Graciosa. La fotografía fue tomada durante el año 1959.
Alumnos de la escuela unitaria de La Graciosa durante el curso 1973/1974.
Grupo musical folklórico de Lanzarote que fue formado por la sección femenina. Cuando se desplazaban hasta La Graciosa organizaban juegos, bailes y canciones con los alumnos de la escuela unitaria, además de asegurarse de que se observaban los principios del movimiento nacional.
Grupo musical folklórico de Lanzarote que fue formado por la sección femenina. Cuando se desplazaban hasta La Graciosa organizaban juegos, bailes y canciones con los alumnos de la escuela unitaria, además de asegurarse de que se observaban los principios del movimiento nacional.
Grupo musical folklórico de Lanzarote que fue formado por la sección femenina. Cuando se desplazaban hasta La Graciosa organizaban juegos, bailes y canciones con los alumnos de la escuela unitaria, además de asegurarse de que se observaban los principios del movimiento nacional.
Niños jugando a la lucha canaria en la isla de La Graciosa.
Retrato de la familia de Agustín Pallarés junto a la casa del torrero en la isla de Alegranza. Aparece junto a su padre, su madre y sus hermanos Andrés, Trini, Antonio y Manolo. La familia estuvo en la isla entre 1937 y 1944, ya que el padre de Agustín Pallarés era el torrero que se encargaba del funcionamiento del faro.
Agustín Pallarés en la isla de Alegranza junto a su esposa Saro y Mariavela.